BARBIERI Y EL SALTO DE LA ESCALERA, UN “REPORTAJE” CASERO
Hace algún tiempo, nos juntamos el Flaco Barbieri y yo en su casa, viendo fotos y charlando - ¡cuándo no…! – de paracaidismo y de nuestra época más activa. Se me ocurrió hacerle una forma de “reportaje” grabado, sobre el tema del salto de la escalera, algo que la mayoría de la gente nueva en el paracaidismo desconocía y muchos pensaban que era una leyenda fantástica; no creían que fuese cierto. El Flaco me miró con cara de loco riéndose, pero se prestó al “reportaje”, entre risas todo el tiempo. Esto es lo que salió:
Tomás: Flaco, contame el tema de la escalera. Fue un suceso, pero vos mismo me dijiste luego que era una locura. Que desaconsejabas hacerlo y que si un alumno tuyo lo intentaba, lo echabas del club…jajajajaja
Flaco: Jajajajaja Si, así es. Eso comenzó en un festival en el Aeroparque. Venia en helicóptero, soltaba la escalera, bajaba y luego me subía hacia el helicóptero y esa era la exhibición. ¿Qué paso después? Se me ocurrió que si podía hacerlo desde el helicóptero, subía y bajaba, también podía colgarla de un paracaídas, ¿no?
Tomás: ¿Te acordás en que año era?
Flaco:: Aaay, ya no me acuerdo, fines de 1950
Tomás: Yo te lo digo…fue en 1958/59.
Flaco: Y, por ahí… ¿Entonces después que pasó? La escalera terminaba en una argolla; con Molina le hicimos un agarre con dos cintas y le hizo dos ganchos para el paracaídas de pecho….
Tomás: Primero el mosquetón y luego el paracaídas de pecho
Flaco: Si, si. ¿Después que hacia?... la escalera la llevaba enrollada bajo la cintura, con una cuerda de paracaídas con un moño, entonces cuando saltaba, se abría el paracaídas, generalmente a 400 metros. Luego se desplegaba la escalera y como tenía el paracaídas de pecho puesto, lo sacaba y lo dejaba a un costado colgando.
Y entonces empezaba, primero la banda de suspensión, la que pasa por la cola me la corría bien abajo para ir sentado firme. Entonces ahí empezaba, soltaba el mosquetón de pecho para poder sacar los brazos. Con los brazos afuera, con una mano primero y luego con la otra por si me resbalaba, sacaba el mosquetón de entrepierna, primero uno y después el otro, entonces ya estaba listo y me quedaba apoyado con los pies en la escalera, y ya empezaba a bajar, ya me había desprendido de todo.
Tomás: Una serie de procedimientos bien calculados
Flaco: Claro, los tenía estudiados y ya podía hacerlo tranquilamente
Tomás: Che Flaco ¿de qué material eran los escalones? ¿Puede ser que fuesen madera de fresno?
Flaco: Eran de madera y si, creo que eran de fresno, pero no estoy seguro..
La escalera era una escalera profesional. Se ve que era para pintor o algo parecido porque estaba muy bien construida. Estaban muy bien hechas las cuerdas, estaban trenzadas, la cuerda era gruesa, los escalones eran muy bien hechos.
Yo generalmente lo que hacía era bajar por la escalera hasta el último escalón, y ahí me quedaba. Cuando estaba cerca del suelo, entonces sacaba los pies del escalón, ¡pero estando ya cerca, eh!, sacaba los pies del escalón y me quedaba agarrado de la soga de la escalera, no del escalón sino de la soga. Y prácticamente aterrizaba parado porque como teníamos un péndulo tan largo, flotaba muy bien el paracaídas, no tenía ningún movimiento. Y allí terminaba.
Yo hasta el último escalón iba sentado, y después cuando estaba cerca del suelo, recién ahí sacaba los pies de la escalera y me quedaba aferrado con las manos para aterrizar.
Tomás: ¿Y cuantos saltos habrás hecho con la escalera?
Flaco: Yo creo que habré hecho, que se yo, 10 saltos. Una vez los impresioné en el Uruguay. Estaban los de la esa escuadrilla brasileña, no me acuerdo como se llamaban…
Tomás: La Escuadrilla Fumasa.
Flaco; Si, la Fumasa…acrobacia con humo. Yo fui con la escalera, entonces les gustó a todos. No habían visto usar la escalera. Ojo que después lo hizo Piccardo cuando tuvo su escalera, y después el Pingüino Andrade también.
Tomás: ¿Pero se hicieron más escaleras o usaron la misma?
Flaco: No, cada cual se hizo la suya. Lo más lindo de todo fue que un día saltamos los tres, cada cual con su escalera, en San Justo. Eramos tres tipos colgando de las escaleras jajajaja
Más adelante quise hacer un trapecio pero Molina no me dio bola: “No, te vas a matar”, me dijo. Jajajaja
Tomás: Menos mal que Molina era un tipo sensato, porque le pedíamos cada cosa……
Flaco: Mirá Tomás, cuando me pongo a pensar en la situación que saltábamos y las locuras que hacíamos, pienso que estamos vivos de milagro…jajajajajaja ¿Te acordás cuando salté en la cancha de Boca desde 40 metros…?!?!? ¡Qué chifladura…!!! Jajajajajaja
Y este era el querido Flaco Barbieri, buen amigo, un hermano que me dio la vida, entre tantos otros que el paracaidismo me brindó. La mayoría de sus alumnos no lo tuteaba, le tenían un respeto único. Y cuando un día le dije: “Flaco, vos tenés que ser el próximo presidente de la FAP, me contestó que yo estaba loco”. En resumen: presidió la FAP de 1972 a 1974…conmigo de secretario…! Y en 1973 organizamos en “2do.Campeonato Panamericano en Jujuy”, que fue un suceso formidable. ¡Buen vuelo, hermano…!!!
Tomás
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