Hablar de Daniel Garuz es hablar del Paracaidismo Peruano.
Daniel Garuz en foto tomada en noviembre de 1988, durante el 2do. Campeonato Latinoamericano de Paracaidismo realizado en el Aeródromo Coronel Olmedo de la ciudad de Córdoba, Argentina.
Esta piedra testimonia la denominación que se le impuso a la zona de saltos del aeródromo Collique, Lima, Perú, en homenaje a quien fuera un extraorinario impulsor del paracaidismo deportivo peruano.
Su vida entre nosotros se inicia en Perú en el año 1971 al ser nombrado Agregado Militar, Naval y Aéreo de Francia para Perú y Bolivia. Paracaidista y piloto, alternó sus actividades profesionales con estas actividades deportivas en Collique, Lima, Perú y particularmente en el Club Angeles Negros durante cuarenta años, ya que, al momento de su retiro, decidió quedarse a residir en este país.
Fue un apoyo constante tanto a los nuevos paracaidistas como a todos los que estuvieran interesados especialmente en el paracaidismo competitivo brindándoles equipos que fue adquiriendo para ese destino, financiándoles los saltos cuando fuera necesario, preocupándose por el desarrollo y mantenimiento de las zonas de salto, de las aeronaves así como piloteando estas para los lanzamientos y, por supuesto, también saltando. Hizo su salto Nro. 1,000 entre nosotros el año 1973.
Su presencia era infaltable, permanente, controlando, exigiendo tercamente el entrenamiento, pegado al telémetro en cada salto, formando maestros de salto, nuevos alumnos, sembrando en la zona para que se vea verde y crear sombra con árboles. En fin, una labor realizada con amor y el único interés en fomentar el desarrollo del paracaidismo en un ambiente de amistad y compañerismo. Los que hemos tenido el honor de conocerlo podemos dar fe de esto y mucho mas, lo que no es posible resumir en solo unas líneas.
Su casa fue el punto de reunión obligado de la Asociación Aerodeportiva de Paracaidismo, conformada por su Club Angeles Negros, así como Club Icaro, Paraclub y Club Halcones. Recordadas son sus convocatorias, dos veces por año, a las “quesadas” que organizaba en su casa para su gran familia paracaidista con exquisiteces traídas de Francia especialmente para la ocasión.
Daniel nunca buscó figuración por lo que costó trabajo convencerlo para que acepte el humilde pero merecido homenaje que le tributó en vida el paracaidismo peruano el 2008 al poner su nombre a la zona de salto en el Aeródromo de Collique: “Zona de Salto Daniel Garuz M.”
Daniel fue una persona muy querida y su recuerdo vive en cada uno de nosotros.
Miguel Calcagno
Vicepresidente del CIPV
Lima, Perú, 8-oct-2011
Esta piedra testimonia la denominación que se le impuso a la zona de saltos del aeródromo Collique, Lima, Perú, en homenaje a quien fuera un extraorinario impulsor del paracaidismo deportivo peruano.
Su vida entre nosotros se inicia en Perú en el año 1971 al ser nombrado Agregado Militar, Naval y Aéreo de Francia para Perú y Bolivia. Paracaidista y piloto, alternó sus actividades profesionales con estas actividades deportivas en Collique, Lima, Perú y particularmente en el Club Angeles Negros durante cuarenta años, ya que, al momento de su retiro, decidió quedarse a residir en este país.
Fue un apoyo constante tanto a los nuevos paracaidistas como a todos los que estuvieran interesados especialmente en el paracaidismo competitivo brindándoles equipos que fue adquiriendo para ese destino, financiándoles los saltos cuando fuera necesario, preocupándose por el desarrollo y mantenimiento de las zonas de salto, de las aeronaves así como piloteando estas para los lanzamientos y, por supuesto, también saltando. Hizo su salto Nro. 1,000 entre nosotros el año 1973.
Su presencia era infaltable, permanente, controlando, exigiendo tercamente el entrenamiento, pegado al telémetro en cada salto, formando maestros de salto, nuevos alumnos, sembrando en la zona para que se vea verde y crear sombra con árboles. En fin, una labor realizada con amor y el único interés en fomentar el desarrollo del paracaidismo en un ambiente de amistad y compañerismo. Los que hemos tenido el honor de conocerlo podemos dar fe de esto y mucho mas, lo que no es posible resumir en solo unas líneas.
Su casa fue el punto de reunión obligado de la Asociación Aerodeportiva de Paracaidismo, conformada por su Club Angeles Negros, así como Club Icaro, Paraclub y Club Halcones. Recordadas son sus convocatorias, dos veces por año, a las “quesadas” que organizaba en su casa para su gran familia paracaidista con exquisiteces traídas de Francia especialmente para la ocasión.
Daniel nunca buscó figuración por lo que costó trabajo convencerlo para que acepte el humilde pero merecido homenaje que le tributó en vida el paracaidismo peruano el 2008 al poner su nombre a la zona de salto en el Aeródromo de Collique: “Zona de Salto Daniel Garuz M.”
Daniel fue una persona muy querida y su recuerdo vive en cada uno de nosotros.
Miguel Calcagno
Vicepresidente del CIPV
Lima, Perú, 8-oct-2011
UN HOMBRE,QUE COMO ÉL,JAMÁS HABRÁN DOS.MI ABRAZO ETERNO BUEN AMIGO Y SEÑOR DE SEÑORES.(KOKO DÁVILA)
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